viernes, 22 de junio de 2012

¡Cuidado!

        

Guía de Verbos.





Contenido: Verbos, presente simple, modo indicativo.
Curso: Octavo año.
Horas de duración: 4 horas pedagógicas.
Aprendizaje Esperado: Que los estudiantes de este nivel logren reescribir un microcuento en Presente Simple y el Modo Indicativo, teniendo la opción de modificar sus finales, con el fin no solo de garantizar la comprensión del contenido sino que también, estimular su creatividad y comprensión lectora.

Actualización de conocimientos:
El verbo: es la parte más importante de la oración; es la única que no puede faltaren ella, aun cuando esté tácita o sobreentendida. Se define como parte variable de la oración, que expresa acción, estado o existencia indicando casi siempre el tiempo y la persona.
Modo: Es la propiedad que tiene el verbo de indicar cómo se realiza la acción.
Los Modos del verbo Son:
1.      Indicativo: indica acción como un hecho real, puro y simple.
2.      Subjuntivo: denota la acción como dudosa o alguna circunstancia de deseo de que ocurra.
3.      Imperativo: Indica la acción en forma de mandato o ruego.
4.      Infinitivo: expresa la idea del verbo en abstracto sin indicación de tiempo, numero ni persona.

Presente simples: Se utiliza para expresar acciones que tienen lugar en el momento en que se habla. Por ejemplo:
Juanita canta una canción.

Se utiliza para expresar acciones que ocurren frecuentemente. Por ejemplo:

Lydia nunca desayuna por la mañana.

Se puede utilizar para expresar acciones futuras. Por ejemplo:

El verano que viene mis amigos se van de vacaciones a los Estados Unidos.

Se utiliza para expresar órdenes. Por ejemplo:

Ahora mismo vas a casa de José y traes el libro.

Se puede utilizar para referirse a acciones pasadas. Por ejemplo:

Ayer estaba con Carlitos en el parque y de pronto viene Carla y me dice: ¿A quién esperas?



Actividad:

Evidentemente no establecimos todos los tiempos verbales, sin embargo, para la actividad que deben realizar basta con la pequeña introducción hecha en la parte anterior.
Deberán escoger uno de los microcuentos que a continuación les presento, subrayar los verbos, definirlos y cambiarlos al tiempo presente simple (modo indicativo), si alteran el curso normal del cuento introduciendo un final distinto y novedoso se contemplará en su nota final.

Escoger un solo microcuento:


 
1.      EL HOMBRE INVISIBLE
 Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.
Gabriel Jiménez Emán
2.      CUENTO DE HORROR
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones
Juan José Arreola
3.      LA ÚLTIMA CENA
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida
Ángel García Galiano
4.      MOLESTIA
Sentí una molestia muscular, era la quinta vez que yo nacía.
Enrique Vila-Matas
5.      CRUCE
Cruzaba la calle cuando comprendió que no le importaba llegar al otro lado.
Arturo Pérez Reverte
6.      CADA COSA EN SU LUGAR.
    Hay dramas más aterradores que otros. El de Juan, por ejemplo, que por culpa de su pésima memoria cada tanto optaba por guardar silencio y después se veía en la obligación de hablar y hablar y hablar hasta agotarse porque el silencio no podía recordar dónde lo había metido.
Luisa Valenzuela
7.      LA GORRA
   Nadie logró dar con una explicación lógica para el sorprendente hecho, pero el día que Nando, el cartero del barrio, fue atropellado por un tranvía, iba vestido únicamente con su gorra.
Anónimo.
8.      UNA PEQUEÑA FÁBULA

    ¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.
Franz kafka
9.      EL POZO
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.
"Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
Luis Mateo Díez
10.  LA EXTRANJERA
Se han apoyado en la baranda del faro. Han llegado hasta aquí sin miedo.
Atraídos por el amor al vértigo. Guiados por una flecha insolente de la noche. Ella mira hacia abajo. El mar la deslumbra. Olas hinchadas como venas patean su rabia contra la muralla de rocas. Él le pide: Ámame.
Ella no responde. Es joven y cierra los ojos como si estuviera viviendo muchas muertes. Ella teme saltar. Él le reclama: Bésame. La luz del faro indaga por las cosas perdidas y los     encuentra a ellos. Amantes de las sombras son el blanco del silencio. Ella quiere saltar porque en su garganta tiene un nudo de reproches. Como él no pregunta, tampoco ella le responde. Su pasado es un mapa deshecho. Viene de un país hundido. No resulta fácil decir lo que se piensa. Y ella piensa demasiado. Ahora abre los ojos para ver el naufragio de su alma. Él la abraza como si quisiera desnudar su rabia. Ella le pide: Mátame.
Nuria Amat
11.  EL DRAMA DEL DESENCANTADO
...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.
Gabriel García Márquez
12.  PAN BAJO LOS PÁRPADOS 
    Si quisiera podria ir recorriendo todas las habitaciones e ir contando todos los azulejos y todas las fracciones de azulejo que van cubriendo el suelo. Podría abrir el gas de la cocina y al cabo de unas horas encender un cigarrillo. Podría cortarme los cabellos y echarlos a la tortilla. Degollar al periquito. Oler la pared, golpear la pared, pintar la pared. Mirar el mar, hervir las tortugas, comerme las uñas, fundir seis o siete velas, romperme la cara a macetazos, arrojarme por las escaleras... Pero como siempre, al final cojo la ventana y me la guardo en el bolsillo.
Anónimo.
13.  HOSTAL EN LA CIUDAD VIEJA
Sobre la mesilla, junto al despertador, reposa un libro de título curioso: Guía de edificios apuntalados de interés. En la página 37 tiene disimulada una errata: donde dice “Caso antiguo”, debería decir “Casco antiguo”.
El turista sueña toda la noche con paredes que encima se le caen, sin poderlo remediar. Se trata de una pesadilla con errata o clave camuflada: además del sueño de un turista, es un sueño futurista.
Hipólito G. Navarro

  Verbo, (del latín verbum) significa palabra por excelencia.

  


¿Ya tomaste tu dosis diaria?

                      

WebQuest: La Argumentación.


   

        En el siguiente enlace encontrarás una WebQuest para trabajar el Discurso Argumentativo: Has click Aquí  .


jueves, 21 de junio de 2012

Discurso Argumentativo.


  



   Argumentar es una forma de participar en un diálogo que tiene como condición básica la defensa y justificación de una forma de ver el mundo, nuestra propia forma de pensar. Está presente en la publicidad, en las conversaciones cotidianas, en la televisión, en la justicia, etc. Sin embargo el texto argumentativo por excelencia es el ensayo, donde el emisor defiende su opinión con respecto a un tema presentando argumentos.

  Con la argumentación intentamos influir, transformar o reforzar las ideas o formas de actuar (conscientes o inconscientes) de otra (s) persona (a). En esencia, una argumentación es un modo de razonamiento, es decir, una forma de pensar, de opinar sobre algo; es una manera de legitimar las creencias y los comportamientos, donde se intenta convencer o persuadir a partir de argumentos.
   Lee con atención el siguiente ejemplo:

  “Debemos proteger nuestros bosques, porque constituyen un ecosistema que da vida a muchas especies animales y, si desaparecieran, el país de convertiría en un desierto”.

   Argumento 1: El bosque constituye un ecosistema que da vida a muchos animales.
   Argumento 2: Si desaparecieran los bosques, el país se convertiría en un desierto.


                          1.- Intención del emisor: Convencer o persuadir:

La validez de recurrir a un determinado tipo de argumento, dependerá del objetivo que tenga:

  Convencer: Significa que el emisor fundamenta lógicamente su argumento, es decir, entrega razones aceptadas como verdaderas por el conjunto de la sociedad, por ejemplo, la fundamentación del porqué o compara un producto con otro, la convicción implica un proceso racional y reflexivo por parte de los interlocutores. 
  Ejemplo: “–Mamá, ¿me das permiso para salir este sábado?, hice todas mis tareas, te ayudé a hacer aseo y fui a comprar todas las veces que me lo pediste, ¿no crees que me lo merezco?”

  Persuadir: Implica un proceso en el que la “emotividad” (una transcripción de lo sentimental o emocional a una representación del lenguaje) se pone en juego y la inteligencia emocional actúa. La intención del emisor apela a los aspectos subjetivos que pueda tener en común con su interlocutor, suele ser el tipo más frecuente en la vida cotidiana y en el mundo privado. Por lo mismo no es posible ocupar los mismos argumentos persuasivos con una u otra persona.

  Ejemplo: “– Mamá, dame permiso para salir el sábado, yo sé que me quieres y no vas a dejar que me quede aburrido y solo el fin de semana, además van todos mis amigos, no puedo ser el único que no vaya.”

                              2.- Componenentes de la argumentación (estructura): 

Todo texto escrito requiere de una organización para aclarar los puntos de vista expuestos en él  y en la argumentación se puede estructurar de la siguiente manera:

a)      Tesis (o conclusión argumentativa): es una proposición, es decir, aquella parte del discurso en que se expone aquello de que se quiere convencer o persuadir a los oyentes. La tesis puede aparecer al comienzo de la argumentación para luego establecer los fundamentos (bases) o también puede descubrirse solo al final.
·         Si es una argumentación racional, que busca convencer al receptor por medio de argumentos lógicos la pregunta que se plantea implicará un respuesta en afirmativo o negativo. 
Ejemplo: “¿Es América un continente unido? No, hay tal cantidad de etnias, lenguajes y culturas diversas que no podemos realizar esa afirmación.

·         Si es una argumentación persuasiva, involucrara emocionalmente al receptor en su respuesta.
Ejemplo: “¿Acaso en América no somos todos hermanos? ¡Debemos luchar por la unidad de nuestro continente!

       * Está comprobado que si una tesis se presenta en la conclusión, en la mente de        nuestros interlocutores cobrará más contundencia persuasiva. 
                                                                                                                                                  
b)      La base (el primer argumento): es una creencia compartida, un dato fáctico incontable, pero que puede NO ser acepado por el interlocutor.
Constituye un apoyo verbal entregado a favor de la proposición, es decir, los fundamentos. Generalmente en una primera instancia de desarrollo de la argumentación, lo que se entrega son datos conocidos, compartidos, fáciles de aceptar por los hablantes, su función es “introducir” el tema y ubicarnos en el contexto de la discusión.

c)      Las garantías (la ley de paso): Se trata del vínculo que une las bases con la tesis, o sea, por qué razón esa bases es pertinente para esa tesis. Es el segundo argumento conocido como “la ley de paso”, es decir, permite al argumentador apoyar lo que dice en un principio, en una convención admitida, como el caso de los lugares comunes o estereotipos (por ejemplo, la mejor edad es la juventud, las mujeres deben quedarse en la casa y atender a sus maridos, un hombre no puede decir que no a una mujer, etc.)

d)      Respaldos: Datos corroborantes que sostienen las garantías (cifras, estadísticas, encuestas, etc.) provienen de todos los ámbitos del conocimiento a los que sea pertinente recurrir para fundamentar lo que estamos diciendo (ciencias, valores, moralidad, religión, cultura, etc.)  En el discurso se traducen en ejemplos, citas, comparaciones refranes, parábolas, etc.

                      

                              3.-Tipos de razonamiento argumentativos:

 Dependiendo de la relación que se establezca entre tesis y sus bases, es decir, del modo en que se realice otra inferencia, podremos diferenciar varios razonamientos argumentativos. A  continuación, veremos algunas de los más comunes:

a)      Razonamiento por analogía: la analogía (forma de interpretación por medio de la similitud) consiste en comprobar una tesis a partir de otra que ya ha sido aceptada o comprobada para un fenómeno u objeto similar. Los datos de la tesis ya comprobada se ocupan como base para la aceptación de la tesis que se desea comprobar.


b)      Razonamiento por generalización: Consiste en validar una tesis, fundándose en la verdad observada de enunciados particulares, estas generalizaciones por el hecho de ser inductivas, solo son probables, es decir, por medio de la generalización no podemos llegar a establecer una ley universal, pero si una alta posibilidad de certeza dado que “por lo general” así se da un determinado fenómeno.


c)      Razonamiento por signos: Un signo es cualquier entidad sensible que permite reconocer un hecho que no se percibe. La parte del signo que puede hacerse sensible es el representante y la parte ausente, el representado. En relación con la argumentación, hablaremos de razonamiento por signos cuando se interpretan ciertos hechos como síntomas o indicios de base para concluir algo.



d)      Razonamiento por causa: Las inferencias causales son razonamiento que, en su conclusión, establecen una relación de causa y efecto entre dos acontecimientos. Esta relación se supone cuando existe una correlación  tal entre dos propiedades que hacen suponer que una es la causa de la otra, o que una es el efecto de la otra. Es una relación que se basa en la conexión o relación causal.



e)      Razonamiento por autoridad: Es el argumento que toma como bases la opinión de quien es considerado una “autoridad” en el asusto, es decir, de alguien que es reconocido como un experto en la materia.




 Material de   Apoyo elaborado por Silvia  Palma.


miércoles, 20 de junio de 2012

Dulce historia, triste final.




Me levanto temprano, moribundo. 
Perezoso resucito, bienvenido al mundo. 
Con noticias asesinas me tomo el desayuno. 

Camino del trabajo, en el metro, 
aburrido vigilo las caras de los viajeros, 
compañeros en la rutina y en los bostezos. 

Y en el asiento de enfrente, 
un rostro de repente, 
claro ilumina el vagón. 

Esos gestos traen recuerdos 
de otros paisajes, otros tiempos, 
en los que una suerte mejor me conoció. 

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, 
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos, 
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros. 

Pero creo que eres tú y estás casi igual, 
tan hermosa como entonces, quizás más. 
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad. 

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores, 
del interrogante en tu mirada. 
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, 
jóvenes promesas, no, no teníamos nada. 

Dejando en los portales los ecos de tus susurros, 
buscando cualquier rincón sin luz. 
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro", 
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú. 

En las noches vacías en que regreso 
solo y malherido, todavía me arrepiento 
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo. 

A ahora que te encuentro, veo que aún arde 
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde 
para nacer de nuevo, para amarte. 

Debo decirte algo antes de que te bajes 
de este sucio vagón y quede muerto, 
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte, 
que antes de rendirnos fuimos eternos. 

Me levanto decidido y me acerco a ti, 
y algo en mi pecho se tensa, se rompe. 
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?" 
Y una sonrisa tímida responde: 

"Perdone, pero creo que se ha equivocado". 
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto 
a una mujer que conocí hace ya algunos años". 

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento, 
aburrido vigilo las caras de los viajeros, 
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Inducir a la Poesía a través de la curiosidad.


“Cada florcita de curiosidad, es aplastada por la sociedad en sí misma.”
Albert Einstein.

Esta cita fue mencionada por el físico teórico, estadounidense de origen japonés, Michio Kaku, cuando le preguntaron si era necesario hacer la ciencia ilegal para llamar la atención de los niños, su respuesta fue muy sencilla; nacemos científicos y se manifiesta en la curiosidad que presentamos en nuestra infancia al preguntar por el sol,  la lejanía de las estrellas, la velocidad del viento, etcétera. Sin embargo, esta  curiosidad es aplastada durante “los años peligros”, como él llama a la educación primaria y secundaria, donde se obliga a memorizar cifras y hechos dinamizando toda incertidumbre en los niños y por ende “pensando que la memorización ES ciencia”. Así mismo nos encontramos con Richard Feynmen (Novel de Física 1965), que en una entrevista titulada “El placer de descubrir las cosas”, manifiesta un pensamiento similar, haciendo ver la necesidad de provocar curiosidad e incertidumbre para llegar a detalles omitidos a simple vista y así andamiar el conocimiento y entender éste como un hecho, una acción y no un mero  evento memorizable.
A simple vista quizá no podríamos ver las similitudes de esta problemática con la poesía, sin embargo, tanto ciencia como poesía, son creación; una forma de conocimiento único y revelador que va más allá de la comprensión literal y superficial. En consecuencia los problemas que podemos encontrar en una, los hayamos también en la otra. Debemos plantear ambos saberes como un hecho mágico de descubrimiento y no como una ocasión para ejercitar la memoria.
Kaku mencionó “los años peligrosos”, que en algunos casos, si bien no eliminaron definitivamente la curiosidad,  la disminuyeron de forma considerable, situación que sí se vivenció durante el paso por la enseñanza media de muchos de nosotros, tal vez quisimos ser curiosos, pero se  nos dijo que un mal logrado gato murió de ello, así que no nos quedó más opción que reducir nuestras expectativas a lo que el profesor nos quisiera mostrar para aprender y no lo que nos interesaba o nos despertaba asombro.
Nuestras clases de poesía durante la enseñanza media estuvieron colmadas de una escritura lejana, inalcanzable y muchas veces incomprensible (cuando hubo algo de poesía en ellas), donde mataban cada afán de incertidumbre con una lluvia de figuras retoricas que identificar en un poema y aprendiendo,  que es una metáfora, anáfora, retruécano, etcétera. Sin lugar a dudas en estas actividades no había ninguna intención de hacer a los estudiantes participes de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, sino un afán conductista de abarcar los planes estipulados en los programas de estudio en un tiempo determinado. Por otra parte estos últimos no atienden a necesidades individuales y en consecuencia, es muy difícil que incentiven saberes tan poco “útiles” como la poesía, esta parte de los contenidos es abarcada en un periodo limitado de tiempo y más aún la asertividad de los contenidos elegidos  podría estar en duda. Jaime Jaramillo dice que “la mayor parte de la peor “poesía” que se ha escrito está en verso”, sin embargo como estudiantes no conocimos otra, no llegamos más allá del verso libre y no tuvimos una concepción global y abarcarte de la poesía, nos acostumbramos a reconocer tópicos e intenciones, aprendimos movimientos o generaciones de poetas, pero todo esto estaba muy lejos de preguntarnos si lo que leíamos nos hacía “entrar en crisis” o simplemente provocaba “algo”; algo como la duda, la incertidumbre o por lo menos curiosidad. Simplemente nada de los que nos mostraron nos parecía familiar, sin embargo, tampoco era lo suficientemente interesante como para intentar familiarizarnos con ello, esa presentación fugaz no fue  cautivadora, no fue llamativa, y tampoco pudo despertar interés.
Seguramente lo anterior es una consecuencia de las prácticas “demasiado ortodoxas” para abordar los contenidos, a continuación se enumeran solo algunas:
1.      El “tipo” de poesía que se nos ofrecía: como los clásicos universales, que hablaban de las “oscuras golondrinas” (Bécquer),  “de llamas de amor vivas que tiernamente hieren” (San Juan de la Cruz), o de monjas que mueren porque no mueren, podrían explicar en parte la falta de interés por la poesía. Estos ejemplos parecen contener elementos no muy llamativos para adolescentes de 15 años (respetando obviamente a los mencionados clásicos, que con la madurez suficiente, por lo menos se les puede leer y permanecer despiertos hasta el término de los poemas).
2.      Esa imperiosa necesidad enmarcar el conocimiento, identificando tópicos y figuras literarias: esto tampoco resulta una actividad muy atrayente, ya que no se requiere de una participación consiente por parte de los estudiantes, es un trabajo vacío y banal cuando lo que leemos no nos hace ningún sentido, cuando las letras no repercuten en nosotros. Se entiende que dichas actividades solo se hacen por una necesidad de cumplir con las exigencias planteadas en los Planes y Programas de enseñanza media y no por despertar curiosidad y mucho menos incentivar a la creatividad.
3.      Por último el rol pasivo del docente: no tuvimos el agrado de escuchar a ninguno de nuestros profesores leer poesía como nos hubiese gustado,  más allá de un par de versos para dejar bien claro cuál es la intención del tantas veces mencionado hablante lirico, dejando ningún lugar a la interpretación ni a la posibilidad de hacer dobles lecturas de lo que leíamos. Estos profesores no fueron capaces de despertar el sentir, de hacernos manifestar lo que creíamos posible, es decir, no despertaron nuestra curiosidad.

Toda la experiencia vivida se contradice con lo planteado por el tan esperado y vaticinado “cambio de paradigma” (personarme no creo que hayan dos palabras más prostituidas que estas), y también se contradice  con la bibliografía y documentación a la que hemos tenido acceso en los niveles superiores de enseñanza, donde se ofrecen posibilidades de cambio que invitan al estudiante a ser parte de lo que aprenden, a producir lo que aprenden y a decidir lo que aprenden, obviamente dentro de los márgenes que establece el Gobierno (limitación no menor).
Debemos partir de la premisa que recibimos a nuestros estudiantes con parte de su curiosidad muerta, sin una experiencia poética inicial que pudo despertar interés en ellos (con esto me limito a la educación municipalizada de la que fui beneficiada, quizá en otros sectores la situación cambia), que como diría Elena Gomes Villalba  no recibieron ese “rayo de luz” que podría traer tantos beneficios al futuro en esos pequeños receptores de conocimiento, que en la mayoría de los casos no fueron invitados a ser parte de sus procesos, no fueron invitado a crear, a cuestionar ni a fomentar sus habilidades y en algunos casos ni siquiera fueron capaces de reconocerlas. Es así como llegan estudiantes a la enseñanza media sin nociones de poesía o más doloroso aun, sin interés por conocerla.
 El fin de un educador está muy lejos de obligar a transmitir su gusto propio por la poesía en sus estudiantes o esperar que sean productores de ésta “no se trata de conseguir poetas, pero sí hablantes que puedan manejar creativa y libremente su lengua y que sean sensibles a la belleza de las palabras” (Gomes-Villalba, 1993),  para lograr este cometido se requiere de un trabajo inicial fuerte, un cimiento que logre establecer miras a un futuro con un propósito establecido aunque este no sea útil. Es bien sabido que nos perdemos buscando el uso de todo conocimiento y qué  ventajas nos traerá este a nuestra vida, siempre vinculándolo al área profesional o económico, sin embargo perdemos la intención de conocer simplemente por el placer que esto implica, de aprender por una necesidad propia, única e individual que no responde a metas planteadas por un entorno, muchas veces satisfacer las ansias de un conocimiento o aprendizaje sin un fin es criticado y lamentablemente eso ocurre en todo ámbito del conocimiento, no obstante,  esto aumenta cuando se habla de conocimientos libres o subjetivos como el arte en general, donde el espacio para hacer y sentir es personalizado y no sistemático, donde se atiende a necesidades individuales y no hay limitaciones o restricciones que impliquen cercar dicho conocimiento.
 Específicamente la poesía es el mejor sitio para hacer notar las individualidades y poder nutrirse de ellas, donde una opinión diferente jamás será castigada y el conocimiento se puede construir en conjunto, ambas cosas bastantes difíciles de aceptar si hablamos de conocimientos útiles, esto responde a la poca tolerancia de las ideas divergentes y la escasa opción que se da para aprender de forma comunitaria y colaborativa. El problema radica en que la enseñanza de la poesía se ha sistematizado de igual forma que aquellos saberes útiles, pensado que haciéndolo metódico, definible y aplicable de igual forma a todas las circunstancias y personas, se verán resultados que terminaran por internalizar dicho conocimiento. Nos hizo falta una visión globalizada de la poesía, abarcante, que no sólo contemple lo escrito, o el verso, sino que incluya imágenes, actos, visiones, movimientos, manifestaciones, etcétera. Es decir, todo aquello que haya sido creado con el fin de producir o provocar un sentir en quien lo vea, debe ser entendido como poesía.
Bajo los parámetros anteriores, es preciso corregir las tres deficiencias mencionadas y observadas durante nuestro paso por la enseñanza media, y lo haremos a partir de recomendaciones válidas para todo docente en acción (que deberían considerar por respeto a sus estudiantes que piden a gritos auxilio), así como también para aquellos que aún estamos en nuestros respectivos procesos de formación y pretendemos no cometer los mismo errores que vimos en nuestros formadores, cabe estipular que los tres puntos descritos anteriormente no son los únicos, sino sólo los que a modo muy personal fueron los que mayor daño hicieron y los que aburrimiento causaron, las mejoras a simple vista aplicables con las siguientes:
1.      Con respecto al tipo o estilo de poesía que se nos ofrecía, podemos enfatizar aquella poesía cercana o más bien terrenal, “no se trata de descifrar la poesía sino de sentirla” (Puentes de Oyenard, 1985) y esto es precisamente lo que no provocaba lo que leíamos durante la enseñanza media, el sentir. Es necesario nutrir y complementar esa poesía clásica con la contemporánea, mostrar la libertad de las letras y lo que pueden provocar, dar indicios de  diversidad de autores y estilos que sean capaces de provocar curiosidad. Podríamos asombrar a nuestros estudiantes, por ejemplo, con “Artefactos” de Nicanor Parra, o hacerlos producir sus propios artefactos a partir  de elementos básicos que tengan a la mano. Hacer ver a través de ejemplos variados, que podemos encontrar en la basta poesía chilena (a la que hemos tenido más acceso a nivel formativo), que la poesía simplemente escapa de las letras, va más allá de un encasillamiento gráfico y que la apreciación o desciframiento no es lujo o placer de sabios, que podemos disfrutar de ella en todos sus estados hasta las personas más iletradas de este mundo.
2.      La necesidad de enmarcar o entablar definiciones y conceptos, atienden a obligaciones establecidas en los Planes y Programas de enseñanza media, sin embargo, estos se pueden flexibilizar de tal manera que puedan atender a las demandas individuales y que en lo posible fomenten habilidades personales identificadas en nuestros estudiantes. Quizá solo hace falta un poco de tino a la hora de encomendar tareas, como por ejemplo, jamás pedir que  definan y luego ubiquen en poemas clásicos los tópicos literarios: carpe diem, ubi sunt, locus amoenus, beatus ille, amor post mortem, etcétera (actividad bastante recurrente en los liceos). Si lo que queremos es trabajar con tópicos y somos amantes de la poesía clásica, haremos poemas con versos de todos los estilos que respondan a un tópico, se pueden formar poemas contemporáneos, jugar con el humor, la ironía, la magia, en fin, complementar ese contenido mínimo con otra actividad. No podemos seguir subestimando las capacidades de nuestros estudiantes, pensando que no serán capaces de desarrollar tal o cual tarea, ellos no son agentes pasivos ni dormidos que esperan despertar, están más despiertos que nunca, solo que no somos los suficientemente interesantes como para llamar su atención y nuestros planteamientos, son cada vez más básico y conductistas, que no pretenden fomentar ni estimular capacidades, sino solo medirlas.
3.      La responsabilidad de despertar curiosidad está en nosotros los futuros docentes en formación, debemos transmitir el gusto por la poesía y si no existe en nosotros,  descubrirlo, de tal manera que podamos inducir y andamiar el conocimiento de forma real y consecuente. Sólo podemos provocar curiosidad si conocemos lo que pretendemos mostrar, y no puede haber conocimiento si no hay interés por él, o por lo menos si atrae será más fácil su internalización y se disfrutará de ello.
Emilia Gomes-Villalba dice y cita al final: “Si nosotros conseguimos un maestro que dé vida al poema con su voz, el maleficio que pesa sobre la poesía se quebrará y  el niño irá a ella en busca de algo vivo, atractivo, lleno de sonidos, de sensaciones, de emociones y no a un “cementerio de signos muertos, cadáveres de palabras” (Salotti: 1950,60)” con estas palabras establece ese vínculo obligatorio entre profesor y lo que pretende provocar en sus estudiantes y la necesidad incentivar la curiosidad con factores tan sencillos como la voz. 

 La poesía y su transmisión depende del interés que provoquemos en nuestros dicentes, el despertar la curiosidad y la capacidad de asombro es un buen nexo o camino para lograr el cometido, cuidando siempre de incentivar al máximo posible las capacidades individuales de nuestros estudiantes, en consecuencia, lograr que la sociedad no aplaste esa florcita de curiosidad con la que todos nacemos.

Silvia Palma.
Poetas Chilenos Contemporáneos.