Argumentar es una forma de participar en un
diálogo que tiene como condición básica la defensa y justificación de una forma
de ver el mundo, nuestra propia forma de pensar. Está presente en la
publicidad, en las conversaciones cotidianas, en la televisión, en la justicia,
etc. Sin embargo el texto argumentativo por excelencia es el ensayo, donde el emisor defiende su
opinión con respecto a un tema presentando argumentos.
Con la argumentación intentamos influir,
transformar o reforzar las ideas o formas de actuar (conscientes o
inconscientes) de otra (s) persona (a). En esencia, una argumentación es un
modo de razonamiento, es decir, una forma de pensar, de opinar sobre algo; es
una manera de legitimar las creencias y los comportamientos, donde se intenta
convencer o persuadir a partir de argumentos.
Lee con atención el siguiente ejemplo:
“Debemos proteger nuestros bosques, porque constituyen un ecosistema que
da vida a muchas especies animales y, si desaparecieran, el país de convertiría
en un desierto”.
Argumento 1: El bosque constituye un ecosistema que
da vida a muchos animales.
Argumento
2: Si desaparecieran los bosques, el país se convertiría en un desierto.
1.-
Intención del
emisor: Convencer o persuadir:
La
validez de recurrir a un determinado tipo de argumento, dependerá del objetivo
que tenga:
Convencer:
Significa que el emisor fundamenta lógicamente su argumento, es decir,
entrega razones aceptadas como verdaderas por el conjunto de la sociedad, por
ejemplo, la fundamentación del porqué o compara un producto con otro, la
convicción implica un proceso racional y reflexivo por parte de los
interlocutores.
Ejemplo: “–Mamá, ¿me das permiso para salir este sábado?, hice todas mis tareas,
te ayudé a hacer aseo y fui a comprar todas las veces que me lo pediste, ¿no
crees que me lo merezco?”
Persuadir:
Implica
un proceso en el que la “emotividad” (una transcripción de lo sentimental o
emocional a una representación del lenguaje) se pone en juego y la inteligencia
emocional actúa. La intención del emisor apela a los aspectos subjetivos que
pueda tener en común con su interlocutor, suele ser el tipo más frecuente en la
vida cotidiana y en el mundo privado. Por lo mismo no es posible ocupar los
mismos argumentos persuasivos con una u otra persona.
Ejemplo: “–
Mamá, dame permiso para salir el sábado, yo sé que me quieres y no vas a dejar
que me quede aburrido y solo el fin de semana, además van todos mis amigos, no
puedo ser el único que no vaya.”
2.- Componenentes de la argumentación
(estructura):
Todo
texto escrito requiere de una organización para aclarar los puntos de vista
expuestos en él y en la argumentación se
puede estructurar de la siguiente manera:
a) Tesis (o conclusión
argumentativa): es una proposición, es decir, aquella parte del discurso en que
se expone aquello de que se quiere convencer o persuadir a los oyentes. La
tesis puede aparecer al comienzo de la argumentación para luego establecer los
fundamentos (bases) o también puede descubrirse solo al final.
·
Si es una argumentación racional, que
busca convencer al receptor por medio de argumentos lógicos la pregunta que se
plantea implicará un respuesta en afirmativo o negativo.
Ejemplo: “¿Es América un continente unido? No, hay tal cantidad de etnias,
lenguajes y culturas diversas que no podemos realizar esa afirmación.
·
Si es una argumentación persuasiva,
involucrara emocionalmente al receptor en su respuesta.
Ejemplo: “¿Acaso en América no somos todos hermanos? ¡Debemos luchar por la unidad
de nuestro continente!
* Está comprobado que si una tesis se
presenta en la conclusión, en la mente de
nuestros interlocutores cobrará más contundencia persuasiva.
b) La base (el primer
argumento): es una creencia compartida, un dato fáctico incontable, pero que
puede NO ser acepado por el interlocutor.
Constituye un apoyo verbal
entregado a favor de la proposición, es decir, los fundamentos. Generalmente en
una primera instancia de desarrollo de la argumentación, lo que se entrega son
datos conocidos, compartidos, fáciles de aceptar por los hablantes, su función
es “introducir” el tema y ubicarnos en el contexto de la discusión.
c) Las garantías (la
ley de paso): Se trata del vínculo que une las bases con la tesis, o sea, por
qué razón esa bases es pertinente
para esa tesis. Es el segundo
argumento conocido como “la ley de paso”, es decir, permite al argumentador
apoyar lo que dice en un principio, en una convención admitida, como el caso de
los lugares comunes o estereotipos (por ejemplo, la mejor edad es la juventud,
las mujeres deben quedarse en la casa y atender a sus maridos, un hombre no
puede decir que no a una mujer, etc.)
d) Respaldos: Datos corroborantes que sostienen las garantías
(cifras, estadísticas, encuestas, etc.) provienen de todos los ámbitos del
conocimiento a los que sea pertinente recurrir para fundamentar lo que estamos
diciendo (ciencias, valores, moralidad, religión, cultura, etc.) En el discurso se traducen en ejemplos,
citas, comparaciones refranes, parábolas, etc.
3.-Tipos de razonamiento argumentativos:
Dependiendo de
la relación que se establezca entre tesis y sus bases, es decir, del modo en
que se realice otra inferencia, podremos diferenciar varios razonamientos
argumentativos. A continuación, veremos
algunas de los más comunes:
a) Razonamiento por analogía: la analogía
(forma de interpretación por medio de la similitud) consiste en comprobar una
tesis a partir de otra que ya ha sido aceptada o comprobada para un fenómeno u
objeto similar. Los datos de la tesis ya comprobada se ocupan como base para la
aceptación de la tesis que se desea comprobar.
b) Razonamiento por generalización: Consiste en
validar una tesis, fundándose en la verdad observada de enunciados
particulares, estas generalizaciones por el hecho de ser inductivas, solo son
probables, es decir, por medio de la generalización no podemos llegar a
establecer una ley universal, pero si una alta posibilidad de certeza dado que
“por lo general” así se da un determinado fenómeno.
c) Razonamiento por signos: Un signo es
cualquier entidad sensible que permite reconocer un hecho que no se percibe. La
parte del signo que puede hacerse sensible es el representante y la parte
ausente, el representado. En relación con la argumentación, hablaremos de
razonamiento por signos cuando se interpretan ciertos hechos como síntomas o
indicios de base para concluir algo.
d) Razonamiento por causa: Las inferencias
causales son razonamiento que, en su conclusión, establecen una relación de
causa y efecto entre dos acontecimientos. Esta relación se supone cuando existe
una correlación tal entre dos
propiedades que hacen suponer que una es la causa de la otra, o que una es el
efecto de la otra. Es una relación que se basa en la conexión o relación
causal.
e) Razonamiento por autoridad: Es el argumento
que toma como bases la opinión de quien es considerado una “autoridad” en el asusto,
es decir, de alguien que es reconocido como un experto en la materia.
Material de Apoyo elaborado por Silvia Palma.
Me gustó.
ResponderEliminarEs bastante acotada y útil, gracias por la información.
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